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Olvídate de tus debilidades por un rato; enfócate en tus fortalezas.

Actualizado: 2 sept 2021

Hace algunos años tuve la oportunidad de aplicar el test al que daba acceso la compra del libro "Ahora, descubra sus fortalezas", de Marcus Buckingham y Donald O. Clifton. La idea central de esa obra puedo sintentizarla diciendo que su propuesta consistía en proponer que las personas, en vez de enfocarse en tratar de superar sus debilidades, debían trabajar en desarrollar sus talentos naturales hasta convertirlos en fortalezas, pues esto era mucho más eficiente y efectivo, al facilitarle al cerebro desarrollar nuevas conexiones sinápticas en aquellas áreas donde ya abundaban éstas, haciendo más fácil crecer y desarrollarse en aquellos temas donde ya se era fuerte.


Este enfoque, sustentado en más de dos décadas de investigación en la que han participado desde entonces más de 25 millones de personas a través de la organización Gallup y la aplicación de la herramienta CliftonStrengths®, establece las bases para que profesionales y personas interesadas en desarrollar sus carreras lo hagan siguiendo una metodología refinada con la experiencia, ganada por cientos de organizaciones que han hecho uso de ella, así como por el liderazgo de uno de sus dos creadores: Marcus Buckingham (Don Clifton falleció en Septiembre de 2003), quien en 2007 publicó su libro "Go Put Your Strengths to work" y que posteriormente refinó en 2015 en su obra más reciente sobre el tema: "Standout 2.0".


Como resultado de aquel experimento al que me sometí, encontré que tres de mis talentos naturales en que debería trabajar para convertirlos en fortalezas consistían en ser "Estratégico" (Excelente análisis de alternativas, capaz de sopesar y balancear acciones de largo y corto plazo, de identificar riesgos y oportunidades y seleccionar las mejores opciones viables), "Estudioso" (Le exalta aprender constantemente –no importa qué-. Le entusiasma cada nuevo conocimiento y entender el fondo de las cosas) y "Enfocado" (Muy bueno para fijar metas, objetivos, planes, concentrarse en los “pocos vitales” y para mantener el rumbo).


Aquellos resultados, si bien reconozco me entusiasmaron sobre manera, pues confirmaban lo que algunos buenos amigos y familiares identificaban como rasgos que me caracterizaban, resultaron difíciles de desarrollar y capitalizar, pues fue complejo para mí definir qué hacer en concreto para convertir aquellos talentos en fortalezas y así me ayudaran a mejorar mi carrera e incrementaran mi satisfacción personal, como argumentaban los mencionados autores que ocurriría en caso de trabajar diligentemente en ellos.


Muchos años tuvieron que pasar para que algunas de las recomendaciones que proponía aquel libro pudiera ponerlas en práctica. El haber elegido el camino del emprendimiento fue una de esas elecciones que si bien incrementaron mis responsabilidades y ocupaciones, también me permitieron decidir qué actividades desarrollar y cuáles eliminar o delegar en otros.


Hoy en día me sigo esforzando en desarrollar mis talentos, eligiendo qué cosas ejecutar y en qué enfocarme, sin dejar de reconocer lo difícil que es el que una organización o equipo de trabajo se adapte a tus fortalezas, cuando no eres tu "el jefe".

Sin duda, un buen líder debería tener la capacidad de identificar las fortalezas de los miembros de su equipo y con ello organizar el trabajo para sacar el mejor partido de ellas, obteniendo, como efecto secundario, un mayor nivel de satisfacción personal de sus co-equiperos. Desafortunadamente, esto es más bien raro que suceda ¿Lo dudas? trata de responde a esta pregunta: ¿Tu jefe revisa periódicamente contigo tu desempeño? Si es así, ¿en qué se toma más tiempo? ¿En hablar de tus fortalezas o de tus debilidades? De acuerdo con un estudio de Gallup, 35% de las personas que respondieron a esta pregunta dijeron que en sus debilidades, 20% dijeron que en sus fortalezas y 45% dijeron que sus jefes no hablaban acerca de esto.


Por otra parte, los programas de capacitación empresarial normalmente están basados en los resultados arrojados por las DNC (Diagnósticos de Necesidades de Capacitación), las cuales buscan identificar brechas de conocimientos y destrezas a partir de un perfil deseado, comparándolo con el perfil del ocupante de un puesto. Es decir, lo que se busca, en suma, es reconocer las "debilidades" del empleado para posteriormente atenderlas.

¿Quisieras sacar mejor partido de tus fortalezas? ¿Quisieras experimentar una mayor sensación de poder y satisfacción? ¿Te gustaría hacer más de lo que te gusta, mientras tus resultados mejoran? Hay un interesante experimento que te puede ayudar, el cual te invito a realizar: identifica y contabiliza el tiempo aproximado que en una semana dedicas a realizar actividades que te energizan, realizas muy bien y que te hacen perder la noción del tiempo cuando las ejecutas, dada la concentración que desarrollas cuando las haces. Cabe destacar que según una encuesta respondida por mas de 2 millones de personas mediante la herramienta Strengthfinder®, sólo el 17% de las personas dijeron que este tipo de situaciones les ocurre la mayor parte de las veces en sus trabajos. Esto es, ¡4 de cada 5 personas experimenta este tipo de emociones en pocas ocasiones durante su jornada laboral!


Siguiendo con el experimento, y para que la medición sea más certera, escribe en un cuaderno que tengas siempre a la mano, o con la ayuda de una aplicación de tu celular, cuando al término de una actividad que realices sientas esa sensación de alegría, realización, emoción o un sentimiento similar. Anota el tiempo aproximado que estuviste dedicado a ella. Al final de la semana, organiza esas notas. Una vez que sepas exactamente cuáles son esas actividades y cuánto de tu tiempo en promedio dedicas a ellas, hazte un serio propósito: Busca extenderlas, multiplicarlas y reforzarlas, pues éstas no sólo te harán ser más efectivo: te harán ser una persona más dichosa ¿Crees que puedas?, pero sobre todo, ¿Consideras que valga la pena intentarlo?


Relata John C. Maxwell en su libro "Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo" que Theodore Roosevelt , 26to. Presidente de los Estados Unidos, Premio Nobel de la Paz, impulsor de la construcción del Canal de Panamá, vaquero, explorador, cazador, boxeador, soldado y abogado, fallecido el 6 de enero de 1919 en su hogar mientras dormía, al levantarlo de su lecho mortal le encontraron un libro debajo de su almohada. Hasta el último momento estuvo luchando por aprender y mejorarse a sí mismo. Sin duda, el talento "estudioso" que le acompañó toda su vida, manifestado por sus incontables lecturas, viajes y emprendimientos, lo explotó de manera comprometida a lo largo de su fructífera existencia; tanto así que su vicepresidente atinó al decir: "¡La muerte tenía que llevárselo dormido. De otra manera habría habido una gran pelea!"


Por mi parte, estoy convenido que no necesitamos ser la reencarnación de Theodore Roosevelt, ni de otros personajes semejantes; sólo dar nuestra mejor pelea. Para eso, me parece que bastante avance podemos lograr si descubrimos qué cosas nos hacen ser nuestra mejor versión y elegir hacer esas cosas, tratando de subir la altura de nuestra vara cada día; eso sí: sin dejar de disfrutar la travesía.



 
 
 

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